Actualizado a 08 de abril de 2024

Antiguo Egipto: Civilización.

Pirámides de Guiza (mediados del III Milenio a.C.)

Sucedió en los tiempos en los que la Majestad de Ra, quien vino a la existencia por sí mismo, había ya establecido su poder tanto sobre los hombres como los dioses. En aquel entonces la Humanidad comenzó a conspirar contra él. Su Majestad, había alcanzado la vejez y sus huesos eran de plata, su carne de oro y su cabello de verdadero lapislázuli. Ahora estaba Su Majestad percibiendo los planes que la Humanidad gestaba contra él. Entonces Su Majestad se dirigió a la comitiva que le acompañaba diciéndoles: "Llamad por mí a mi Ojo, convocad también a los dioses Shu y Tefnut, Geb y Nut, y a los dioses y diosas que estaban conmigo cuando aún me encontraba en el Nun. Llamad también al dios del Abismo Primigenio, y que traiga su séquito con él. Hacedlo secretamente, para que los hombres no lo vean, ni sus corazones puedan escapar. Venid con ellos [los dioses] al Palacio, de modo que puedan darme su consejo y yo me vaya al Nun, al lugar en el que vine a la existencia". Estos dioses fueron traídos y se situaron a ambos lados, inclinando la cabeza ante su Majestad, de manera que pudo hablar ante el Padre de los [dioses] más ancianos, el creador de los hombres y rey del pueblo [rxyt]. Entonces ellos dijeron a Su Majestad: "¡Háblanos para que podamos oirlo!". Entonces Ra habló a Nun: "¡Oh tú, el más anciano de los dioses! ¡En quien yo vine a la existencia, y también vosotros, Dioses Primigenios! Observad la Humanidad, a quien he dado la existencia a partir de mi Ojo, mirad, está conspirando contra mí. Decidme qué haríais al respecto en mi lugar contra ellos, porque no infligiré castigo alguno mientras no haya oído vuestras palabras". Entonces la Majestad de Nun contestó: "¡Oh, Ra, hijo mío, tú, que eres más grande que aquel que te moldeó y más anciano que su propio creador, mantente en tu trono!. Grande es el temor a ti cuando tu Ojo se pone en contra de aquellos que conspiran contra ti". Dijo, entonces, la Majestad de Ra: "Observadlos, huyen a las montañas, porque sus corazones están temerosos de lo que yo pudiera decirles". Y los dioses hablaron ante Su Majestad: "Dejad que vuestro Ojo vaya y castigue en tu nombre a aquellos que conspiran con el mal. Ningún otro Ojo es capaz de superar en poder a aquel que los castiga por ti. ¡Que descienda como Hathor!". Regresó, entonces, esta diosa después de matar a la Humanidad en las montañas [xAst], y la Majestad de este dios dijo: "¡Bienvenida en paz, oh Hathor, Ojo que ha ejecutado todo aquello para lo que vine!". Dijo entonces esta diosa: "Tu vida es mía, me he impuesto sobre la Humanidad y ha habido deleite en mi corazón". La Majestad de Ra contestó: "Prevaleceré sobre ellos como rey reduciéndolos [en número]. EL LIBRO DE LA VACA CELESTIAL (s. XIV a.C.), 1-15.

"La gran pirámide" de serie Megaestructuras.

A los hombres no he causado sufrimientos. Con mis parientes no he empleado la violencia [...] Con exceso no he echo trabajar en mi provecho. No he intrigado por ambición, No he maltratado a mis servidores. No he privado al indigente de su subsistencia. No he blasfemado contra los dioses [...] No he permitido que servidor alguno fuese maltratado por su amo. [...] No he provocado el hambre. No he ordenado a matar, ni he matado. No he sustraído las ofrendas de los templos. [...] No he tratado de emplear medios ilícitos para aumentar mis dominios, ni de usurpar los campos de otro. No he quitado la leche de la boca de un niño [...] ¡Soy puro! ¡Soy puro!. LIBRO DE LOS MUERTOS (s. XVI a.C.).

Amuletos protectores y panteón egipcio.

El país está lleno de ladrones, se va a arar con el escudo […]. El Nilo fluye, pero no se ara, porque todos dicen: no se sabe qué vendrá…El país da vueltas como el torno de un alfarero; el ladrón es dueño de las riquezas, ahora los nobles señores recogen los frutos y los nobles trabajan en las canteras […] El río está lleno de sangre […] Cualquier asiático es persona ilustre, mientras los egipcios se comportan como nómadas […] Los viejos exclaman: "¡Quisiera estar muerto!". Los niños dicen: "¡Ojalá no hubiera nacido!". PAPIRO DE IPU-WER (s. XIII a.C.).
Yo fui arrastrado a una isla por las olas del mar. Pasé tres días solo, mi corazón como único compañero; dormí en una choza de palos, abracé la sombra. Entonces, estiré las piernas para ver qué era lo que podría llevarme a la boca. Encontré higos y uvas, todo tipo de verduras y frutas, higos de sicomoro maduros y verdes, pepinos como si hubieran sido cultivados, peces y patos; no había nada que no estuviera en su interior. Me aprovisioné y [hasta] dejé en el suelo por ser demasiado sobre mis brazos. Corté leña, encendí una hoguera y realicé un holocausto para los dioses. De repente, oí un estruendo. Pensé que eran las olas del mar, [pero] las ramas se quebraban y la tierra temblaba. Destapé mi rostro y descubrí que era una Serpiente y que estaba aproximándose. Tenía treinta codos, su barba era de más de dos; su cuerpo estaba recubierto de oro, sus cejas de lapislázuli. Estaba inclinada hacia delante. Me habló. RELATO DEL NÁUFRAGO (2200 a.C.).

Juicio de Osiris del Libro de los Muertos "Papiro de Hunefer" (1310-1275 a.C.)

Hay, efectivamente, personas encargadas de este menester y que ejercen este oficio. Esas personas, cuando les llevan un cadáver, muestran a quienes lo han traído unos modelos de cadáveres en madera, copiados del natural, y explican que, entre los modelos existentes, el embalsamamiento más suntuoso es el que se empleó para aquel cuyo nombre considero irreve­rente mencionar a propósito de un asunto semejan­te; luego, muestran un segundo modelo, inferior al primero y más barato, y, finalmente, un tercero, que es el más barato. Después de dar estas explicaciones, preguntan a los familiares con arreglo a qué modelo quieren que se les prepare el cadáver; entonces los parientes convienen en un precio y salen de allí, mien­tras que los embalsamadores se quedan en sus talleres y realizan el embalsamamiento más suntuoso como sigue: primero, con un gancho de hierro, extraen el cerebro por las fosas nasales (así es como sacan parte del cerebro; el resto, en cambio, vertiendo drogas por el mismo conducto). Luego, con una afilada piedra de Etiopía sacan, mediante una incisión longitudinal practicada en el costado, todo el intestino, que limpian y enjugan con vino de palma, y que vuelven a enjugar, posteriormente, con substancias aromáticas molidas. Después, llenan la cavidad abdominal de mirra pura molida, de canela y de otras substancias aromáticas, salvo incienso, y cosen la incisión. Tras estas opera­ciones, «salan» el cadáver cubriéndolo con natrón durante setenta días —no deben «salarlo» un número superior— y, una vez transcurridos los setenta días, lo lavan, y fajan todo su cuerpo con vendas de cárbaso finamente cortadas, que por su reverso untan con goma, producto que los egipcios emplean, por lo general, en lugar de cola. Por último, los deudos recogen el cuerpo y encargan un féretro antropomorfo de madera; una vez listo, en él meten el cadáver, lo cierran y, así dispuesto, lo guardan en una cámara sepulcral colocán­dolo de pie apoyado contra una pared.
Ese es el modo más suntuoso de preparar los cadá­veres. Por su parte, a los que optan por el modelo inter­medio con el propósito de evitar un gran dispendio, los preparan como sigue. Llenan unas jeringas con un aceite que se obtiene del enebro de la miera, llenan con ellas la cavidad abdominal del cadáver sin practi­carle la incisión ni extraerle el intestino, sino inyectándole el líquido por el ano e impidiendo su retroceso, y lo conservan en natrón el número de días prescrito. Al cabo de ellos sacan de la cavidad abdominal el aceite de miera, que con anterioridad introdujeran y que tiene tanta fuerza que consigo arrastra, ya disueltos, el in­testino y las vísceras; a las partes carnosas, a su vez, las disuelve el natrón, y así del cadáver sólo quedan la piel y los huesos. Una vez realizadas esas opera­ciones, devuelven el cuerpo en este estado, sin cuidarse de nada más.
Por su parte, el tercer tipo de embalsamamiento, que se aplica a los más indigentes, es como sigue. Limpian la cavidad abdominal con una purga, conser­van el cuerpo en natrón durante los setenta días y luego lo entregan a los familiares para que se lo lleven. HERÓDOTO (s. V a.C.): Historia, 2, 85-90.

Dioses egipcios from María José Gómez Redondo

Documentos históricos por Egiptología.org
Religión por Egipto.com, Egipto al descubierto
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Visitas virtuales a las Pirámides de Guiza; y tumbas de la Reina Meresankh III y Menna.
Música por Wikipedia, P. González Serrano, y Canciones 12 y 3.
Escritura Jeroglífica por Jerogríficos.es programa Amanuense de Egiptomanía, y Mundo Farónico.
Material: La escritura jeroglífica del Antiguo Egipto [pdf].
COLLIER, M. y MANLEY, B. (2000): Introducción a los jeroglíficos egipcios [pdf].
JACQ, C. (1999): El enigma de la piedra [pdf].
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Alfabeto jeroglífico (adaptado)

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